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sábado, 10 de marzo de 2012

Guardar reservas de gas suficientes

Evitar una crisis del gas

Sobrevivir al frío siberiano sin calefacción

Objetivo: no más inviernos sin gas, pase lo que pase.

Europa / Ciberpasquinero / EFE

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Mira por la ventana, imagina que está nevando.
Lleva así días y no tiene pinta de parar.
No puedes evitar echar un vistazo al termómetro y comprobar que marca -20 grados.
Es cosa de la ola de frío siberiano que ha llegado a España desde Rusia.
Intentas encender la calefacción, pero ¡no funciona!.
Por suerte, esto solo es una escena imaginada.
Pero fue una realidad en varios países europeos en el duro invierno de 2009.

Gasoductos rusos
De Rusia no viene solo el frío, sino también el calor: Buena parte de los Veintisiete países de la Unión Europea (UE) recibe el gas que alimenta las calderas desde allí a través de unas tuberías que recorren miles de kilómetros, los gasoductos.
La UE consume 500 mil millones de metros cúbicos de gas al año (cantidad que puede aumentar en 100 mil metros cúbicos en los próximos años) y una cuarta parte de sus importaciones proceden de Rusia, de las que el 80 por ciento nos llegan a través de Ucrania.

Problemas de suministro
Hace tres años, las peleas comerciales entre Rusia y Ucrania provocaron que Moscú cerrara el grifo del gas que mandaba a ese país.
Pero el castigo afectó también a la Unión Europea, que recibía su gas a través de Ucrania.
Para evitar que volviera a suceder, los Veintisiete Estados miembros tomaron cartas en el asunto.
Quedarse sin gas no es ninguna tontería, ya que puede causar la muerte de cientos de personas por el frío.
Este año, un centenar de ellas han muerto en toda Europa debido a las bajas temperaturas.
En la mayor parte de España normalmente no tenemos que soportar temperaturas por debajo de los cero grados, pero en otros países europeos pueden llegar a vivir a menos 30 grados.
Para que te hagas una idea, eso es más frío que cuando vas a esquiar.

Gélido invierno
Este año, Rusia ha vuelto a reducir el gas que mandaba a Europa debido al gélido invierno que también está sufriendo.
Varios países como Alemania, Grecia, Austria, Polonia, Bulgaria y, especialmente, Italia han tenido importantes recortes en el gas que recibían sin previo aviso.
Afortunadamente, esta vez estábamos preparados.
Ahora, cada país está obligado a guardar reservas de gas suficientes como para cubrir el consumo del país durante 30 días, si todo lo demás falla.
También se han puesto en marcha nuevos gasoductos que reducen la dependencia de Europa de la tubería que atraviesa Ucrania, así como sistemas de intercambio de gas entre países comunitarios en caso de emergencias.
El objetivo es claro: no más inviernos sin gas, pase lo que pase.
   

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