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viernes, 21 de diciembre de 2012

Combate contra polio choca con talibanes y teoría del complot

PESHAWAR, Pakistán (AFP)

La lucha contra la polio en Pakistán, uno de los tres países donde este mal sigue siendo endémico, enfrenta a los insurgentes opuestos a la presencia de organizaciones humanitarias en su "territorio", a las creencias de que la vacuna contiene "cerdo" o "causa esterilidad", y a la teoría del complot.

Esta oposición, así como los numerosos casos de infección, se concentra en la etnia pashtún, establecida fundamentalmente en el noroeste del país, en las zonas que se convirtieron en refugios para los talibanes, y en la megalópolis de Karachi (sur).

En esas regiones, nueve personas que trabajaban para una campaña de vacunación contra la poliomielitis fueron asesinadas esta semana, obligando a las autoridades a suspender temporalmente sus actividades.

Se trataba de la primera serie de ataques coordinados contra una campaña antipoliomielitis, una enfermedad viral que puede provocar la parálisis e incluso la muerte.

Esta campaña estaba destinada fundamentalmente a un millón de niños que todavía no habían sido vacunados durante una ofensiva a comienzos del otoño (boreal) que permitió inmunizar a 32 millones de personas en todo el país. El millón que faltaba estaba concentrado en el noroeste del país y en Karachi.

En el noroeste de Pakistán, algunos imanes afirman que esta vacuna es una conspiración de Occidente contra los musulmanes. Ese mensaje es aceptado por los padres influenciables o analfabetos.

"Los padres que se opusieron a la vacunación dijeron a nuestros equipos en la zona que la vacuna contenía grasa de cerdo e incluso que volvía estériles a los niños", explicó a la AFP Janbaz Afridi, responsable de la campaña de vacunación en la provincia de Jiber Pajtunjwa (noroeste).

Algunos comandantes talibanes, como el poderoso Hafiz Gul Bahadur, también se opusieron a la vacunación, aunque no pidieron que se asesinara al personal que se ocupaba de esa campaña.

La lucha contra la polio en Pakistán, uno de los tres países donde este mal sigue siendo endémico, enfrenta a los insurgentes opuestos a la presencia de organizaciones humanitarias en su "territorio", a las creencias de que la vacuna contiene "cerdo" o "causa esterilidad", y a la teoría del complot.

"Algunos elementos que se llaman talibanes -aunque se trata de un término muy genérico- se sienten amenazados por la presencia de personas que circulan en su barrio para vacunar a los niños", explicó el Dr. Guido Sabatinelli, jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Pakistán.

En el vecino Afganistán, los talibanes son "absolutamente favorables" a la vacunación, señaló Sabatinelli. Entonces, ¿por qué se oponen los talibanes en Pakistán?

La desconfianza aumentó considerablemente desde el "caso Shakeel Afridi", el médico condenado por haber participado en una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis organizada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos en 2011 para lograr que Usama Bin Laden se encontrase en Abbottabad (noroeste).

Algunos comandantes también se oponen a la vacunación para protestar contra los disparos regulares de aviones sin tripulación norteamericanos en las zonas tribales paquistaníes.

En Pakistán, el número de casos de polio registrados pasó de 198 el año pasado a 56 este año. Sin embargo, la gran mayoría de esos casos está concentrada en la provincia de Jiber Pajtunjwa y las zonas tribales, tierras pashtunes. Después está Karachi, donde 90% de los casos se producen entre familias de esa etnia.

Los pashtunes, que muy a su pesar se encuentran en la primera línea de "la guerra contra el terrorismo", emigran regularmente, por el comercio o para escapar a la inseguridad, hacia Karachi y a Afganistán, donde la polio sigue siendo endémica, lo que contribuye a la propagación de esta enfermedad. El año pasado, algunos casos de polio, importados de Pakistán, fueron diagnosticados por primera vez en más de una década.

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